Alumnado

Los alumnos son los protagonistas principales de su propia formación y el centro ha de ofrecerle el contexto y ámbito para su desarrollo y madurez personal. Han de ser sujetos activos de su proceso formativo asumiendo el mismo con un fuerte sentido de responsabilidad.

Han de comprometerse, en la dinámica cotidiana del centro y de sus vidas, con el valor del estudio, el afán de superación, el espíritu crítico, las actitudes pacíficas de convivencia, la ayuda mutua, el compañerismo y el respeto al resto de los miembros de la Comunidad Educativa.

Han de asumir el firme propósito de prepararse para la vida, de desarrollar su vocación personal y comunitaria y de madurar en todas las áreas de su personalidad.

El trabajo diario, la disciplina, la perseverancia y el esfuerzo serán medios para el desarrollo de todas sus potencialidades.

Asumirán con sensibilidad social el compromiso por una sociedad abierta al pluralismo, la comunión y la participación; colaborando en el desarrollo de una sociedad más justa, solidaria, fraterna y ecológica.

Favorecerán la interioridad en su crecimiento personal, la capacidad de trascendencia, de mirada contemplativa y crítica del mundo por su propio enriquecimiento personal.

Con sentido de pertenencia e identificándose con los valores del centro irán configurando una vida orientada por valores morales y éticos que les lleven a ser personas de bien en el mundo, y si fuera posible, cristianos que tienen el seguimiento de Jesucristo como referente existencial.