Misión, visión y valores

Los fundadores y el nacimiento de la obra educativa.

Francisco García Tejero y Madre Mercedes Trullar y Soler, a finales del siglo XIX, fundaron las “Misioneras de la Doctrina Cristiana” con el ideal de educar cristianamente y formar en valores a los niños y jóvenes que más dificultades tenían. Desde entonces nuestros centros educativos y colegios han sido fieles a este legado fundacional. Las Misioneras de las Doctrina Cristina están presentes en la educación de aquellas personas que más lo necesitan. Quieren responder, con su propuesta educativa, a las nuevas formas de pobreza de la sociedad actual. Su presencia a través de los centros educativos pretende prevenir las lacras de las múltiples caras de la pobreza socioeconómica y cultural ofreciendo un contexto educativo que lleve a la promoción integral de la persona.

Los colegios de las Misioneras de la Doctrina Cristiana, cuidando y conservando la herencia fundacional, quieren ser siempre escuelas abiertas que generen participación, encarnadas en las distintas culturas y contextos sociales donde están presentes, enriqueciendo y profundizando así el carisma fundacional y siendo semilla de Reino en la realidad y el tiempo que les toca vivir. La educación con el carisma y la pedagogía propia será la respuesta evangélica a los problemas del mundo de hoy. En el año 2008, se cambió la titularidad de estos centros asumiéndolos la Fundación Educativa Doctrina Cristiana, de la que forman parte los seis colegios que la Congregación tenía en España.

La respuesta educativa de nuestro Centro.

La presencia de las Misioneras de la Doctrina Cristiana y la Comunidad Educativa del Colegio Divino Corazón desde 1927, han contribuido a la mejora del nivel educativo, religioso y cultural del barrio. Respondiendo, con su propuesta educativa, a las nuevas formas de pobreza del barrio y de la sociedad actual.

Lo principal y característico de nuestro estilo educativo es la formación integral del alumno. Nos estamos refiriendo a una educación más preocupada en ayudarles a desarrollarse como personas, y a proporcionarles instrumentos válidos que le sirvan en la sociedad que les ha tocado vivir, que a una suma de actos puramente académicos y de conformidad cultural.

Los retos de una educación integral pasan por estar junto a los menos favorecidos social, cultural y familiarmente; una educación compensatoria de las desigualdades. La búsqueda de estrategias para motivar a los alumnos y responsabilizarlos de su propia formación, desde una apuesta importante por la utilización de los recursos materiales y los nuevos avances tecnológicos y de la comunicación.

Nuestro Centro está interesado en la formación permanente de su profesorado, en los aspectos psicopedagógicos, en mecanismos de interacción, y en destrezas sociales que favorezcan el ámbito relacional y organizativo del aula.

Finalmente resaltar la política de responsabilidad conjunta que mantiene el Centro con las familias, respetando su libertad de elección; desde la tolerancia y la pluralidad, que nos lleva a estar preocupados por la educación en la diversidad cultural y religiosa.